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16/12/13

La 3ª casa abandonada de la avenida Brukling.

      En mi mente resonaba el estallido de pequeñas piezas en que se había convertido mi corazón.
Miles y pequeños pedazos de recuerdos vividos junto a ella,que ahora se marchitaban como un jardín en una casa abandonada.Y eso era yo, una casa abandonada,deseosa de que alguien llegue y la complete,pero que por mucha gente que la ocupe,nunca dejará de ser eso,viejos escombros de una vida mejor.
Pero entonces llega alguien,alguien que vuelve a levantar cada ladrillo,y forma la casa alrededor de ella,y tu vida se convierte en una canción de los beatles, repitiéndose una y otra vez en el tocadiscos, y entonces la ves entrar por la puerta, y no existe nada más,nadie más puede estropear ese momento, nadie,hasta que te das cuenta que no ha quedado contigo, si no con el chico de la americana negra que llevaba media hora impaciente mirando el reloj, y llegas a la conclusión de que has vuelto a perder, simplemente por eso,por ser una casa abandonada llena de pequeñas inseguridades.